PSICOLOGIA EN LA VIDA COTIDIANA. Jornada y I Feria de la Psicología en Valencia y otras reflexiones
Los pasados 5 y 6 de abril asistí a la Jornada y a la Feria de la Psicología de la vida cotidiana organizado por el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana (COP).
El fin de esta Jornada era poner de relieve el impacto de la psicología en la sociedad del siglo XXI y el papel fundamental de psicólogos y psicólogas en su labor cotidiana para la mejora del bienestar de las personas.
El COP invitó a la Jornada a profesionales de la psicología con una dilatada experiencia del ámbito clínico y académico, haciendo partícipes a los asistentes de su experiencia en el estudio del comportamiento humano y el tratamiento de las alteraciones que comprometen un adecuado estado de bienestar personal. Estos profesionales fueron Ismael Quintanilla Pardo, profesor honorario de la Universidad de Valencia, Jorge Barraca Mairal doctor en psicología e investigador de la eficacia de las terapias de tercera generación, y Rocío Ramos Paul, la conocida psicóloga del programa “Supernanny”.
La conferencia del profesor Quintanilla fue emocionante, mostró su lado más humano aparte de exponernos su buen hacer a la hora de exponer ideas. Concluyo su discurso diciendo que somos la profesión del futuro. Un buen aliciente para seguir trabajando en lo que nos gusta!
Rocío Ramos Paul nos mostro como ser buena profesional no está reñido con ser una buena comunicadora en diversos medios como es su caso. La psicología trata de la vida cotidiana de los problemas que cualquier persona se puede encontrar como gestionar el estrés y otras emociones, como tomar una decisión…y no tiene porque ser una patología.
La conferencia del Doctor Jorge Barraca: “Consiga el perfecto control mental”, mostró en primer lugar como los libros de autoayuda intentan vender fantasía con los títulos para conseguir el control de nuestra vida y la búsqueda de la felicidad inmediata. Un dato curioso entresacado de una investigación (Klinger, 1996) es que por nuestra mente pasan al cabo de 16 horas, 4000 pensamientos aproximadamente. De estos pensamientos, solo el 53.10% tienen que ver con lo que estamos haciendo en ese momento (Killingsworth y Gilbert, 2010). “La mente no está donde está el cuerpo”. Somos como “zombis”, pero entra dentro de “lo normal”.
Las siguientes son reflexiones mías…Esta expresión de si soy normal o es normal lo que me pasa suele ser frecuente en la consulta de psicología: ¿Es normal lo que me pasa Estela? A lo que yo contesto, en esta sociedad altamente estresante, tecnificada, competitiva…lo “normal” es estar estresado/a:todos (o casi todos) disponemos de las últimas tecnologías de móviles, tablets, ordenadores; todos buscando la felicidad (es un “deber” ser felices…nos cuesta aceptar en esta sociedad del bienestar cualquier dolor sea físico o emocional, además enseguida existe anestesia para el dolor, medicación para todo…). Como la sociedad del bienestar supone estar hiperconectados, tener lo último, vestir lo último (porque la imagen es sumamente importante, te “vendes” a través de la imagen”), ser el mejor en el trabajo, ser competente, se ha de ganar cuanto más dinero mejor para poder disfrutar porque la oferta es sumamente amplia (cuando yo era una niña desde luego no había tanto restaurante, actividades de ocio y tiempo libre para solteros, casados, divorciados, en pareja, en familia, para niños solamente, para adolescentes, para tercera edad…). Una amplia oferta de ocio, de formación (extraescolares) que produce también niños muy ocupados con poco tiempo libre para ser niños y poder relacionarse con los padres que han de trabajar horas y horas para poder vivir y disfrutar de la amplia gama de productos y servicios para “desconectar” en las vacaciones (viajes al extranjero, cruceros…) para hacerse fotos y selfies y poder subir a las redes sociales con la mejor cara para estar a la última en nuestra sociedad del bienestar. Con solo leer esto…¿Te has estresado?¿Te encuentras identificado/a con lo que he expresado en estas líneas? Parece que seamos esclavos de la imagen (como hace poco le comenté a un cliente), de la felicidad: se sufre porque “tengo que ser feliz”. Por desgracia no solo los psicólogos somos los profesionales que nos dedicamos a ello sino muchos denominados “coaches” o entrenadores personales sin la titulación de Psicólogo que se están aprovechando de esta situación.
Precisamente esta es una labor del Colegio Oficial de Psicología, denunciar el intrusismo y una de las razones por las que entiendo, se realizó la I Feria de la Psicología en Valencia: hacernos más visibles a la población y dar a conocer los ámbitos de actuación de la psicología: psicología educativa, de la intervención social, del trabajo y las organizaciones, intervención en catástrofes, del trafico y la seguridad, jurídica, del deporte y psicología de clínica y la salud. En esta última se centra mi labor y engloba a su vez múltiples especialidades (neuropsicología, autoestima y habilidades sociales, conductas adictivas y un largo etc).
Centrándome concretamente en mi experiencia profesional, los casos son variados y relativos a la experiencia cotidiana: comunicación familiar, “manías”, necesidad de controlar, estrés laboral, crisis personal tras una ruptura sentimental, dificultad en la toma de decisiones ante un trabajo, como entrar en el mundo laboral y habilidades necesarias (confianza en uno mismo por ser breve), reanudar la vida tras un cáncer y otros estresores…y últimamente varios casos de chicas sumamente perfeccionistas en sus estudios y estresadas por las circunstancias que cada una está viviendo (enfermedad propia, muerte de un ser querido, incertidumbre ante los estudios tras la secundaria, dificultades en relaciones sociales y familiares). Todos suponen problemas de la vida cotidiana. Algunos revisten más dificultad porque son casos más resistentes; pero otros necesitan una guía, un apoyo para poder afrontar las dificultades propias de la vida y que podemos experimentar todos en un momento dado. Hablar con un/a psicólogo/a supone tener un espacio de comprensión, de escucha, de diálogo entre dos personas (o más en casos de terapia familiar o de pareja), para ayudar a entender su situación y buscar estrategias para conseguir su bienestar, pero también aceptando que la vida supone en ocasiones atravesar momentos de dolor, sufrimiento y otras emociones denominadas
“negativas” pero que son adaptativas y por tanto en cierta manera “positivas” para luego podernos sentir mejor. No hacemos el mismo papel que un amigo con el que quedamos para tomar un café ni hacemos el papel de un sacerdote donde la persona dice sus pecados.
Psicosalud Emocional es un espacio dirigido por una profesional con estudios científicos. Es un lugar para reflexionar, para entrar en contacto con tu problema, contigo misma/a, analizarlo y comprenderlo para después buscar entre ambos (cliente y profesional) la mejor técnica de las aportadas por estudios científicos para mejorar tu bienestar emocional.