MUJER Y TRABAJO: IDEAS PARA GESTIONAR DIFICULTADES SOCIALES Y EMOCIONALES

A propósito de ser este mes, que ya casi está finalizando el mes que incluye el dia de la mujer trabajadora, escribo estas líneas dedicadas al tema del trabajo y su importancia en la salud emocional y social.

Si tienes trabajo y estás contenta con ello puedes estar satisfecha: Tienes un buen ambiente laboral, el trabajo en si mismo te gusta y ganas buen sueldo (igual eso es lo de menos, quien sabe, aunque hay que aspirar a cuanto más mejor).

Pero si resulta que las tareas laborales no te satisfacen o el ambiente laboral no es muy positivo porque hay personas difíciles en el equipo sea jefe o empleados, la situación puede volverse insostenible.

Tu salud física y emocional puede verse afectada y si además temes perder el trabajo, ya¡ apaga y vámonos! Puedes percibirlo como una situación catastrófica y más si de tu sueldo depende familia y gastos importantes pendientes de pagar.

He atendido y atiendo casos de chicas jóvenes que por su alto grado de perfeccionismo, y autoestima baja, consideran que no son suficientes para el puesto que desempeñan.

Sin embargo objetivamente pueden ser competentes totalmente en el puesto pero bien sus creencias negativas sobre si mismas, la dificultad en gestión de estrés o de otras emociones y también problemas a la hora de relacionarse (por ejemplo no saben decir no o expresar opiniones) les producen ansiedad, angustia, insomnio…etc e incluso les afecta a su vida privada.

Puede ser que sus dificultades personales se vean agravadas por un ambiente laboral poco favorable (jefes y compañeros poco compresivos…un ambiente competitivo…). En este caso habría que barajar otro tipo de intervención.

 

En definitiva aprender una serie de habilidades como las siguientes puede darte seguridad a la hora de desempeñar las funciones de tu puesto de trabajo:

Saber decir no, saber poner límites a lo que quieres.

Horas extra o no, que horario llevar si eres freelance y trabajas para otro…saber decir no es un derecho, aunque hay que tener en cuenta también la flexibilidad a la que está dispuesto el jefe o a la otra persona para la que te trabajas.

Expresar tu opinión.

Tener la libertad de poder decir tu opinión aunque sea diferente a la del resto de personas es como decir no. Supone reafirmar lo que estás diciendo, sin esperar la aprobación de los demás. Pero desde luego, esto se ha de hacer de forma asertiva, es decir teniendo en cuenta también a las personas que están a tu alrededor y si es adecuado decir o no lo que piensas si entra en juego tu puesto de trabajo…¡ojo!

-Afrontar críticas

Hay quien le cuesta asimilarlas, hay quien sin embargo le da igual, todo depende de como viva la situación. Y desde luego si te faltan al respeto hacérselo saber y poner medidas.

Otra cuestión es el acoso laboral que es un punto importante pero que seria mejor tratar en otro lugar por la extensión que puede suponer el tema…

Adaptarse a los compañeros/as y jefes: aquí como en otros aspectos de la vida te puedes encontrar con personas de todo tipo: histriónicos, narcisistas, criticones, victimistas, agresivos, y un largo etcétera de tipologías.

Ser asertivos y mantener la calma tanto interior como exteriormente puede llegar a convertirse en un reto. Pero siempre estás a tiempo de poder aprender.

A veces una autoestima dependiente del éxito o el fracaso, produce en el caso de que te encuentres en un ambiente laboral poco favorable para ti una sensación de que no eres visible y no eres suficiente para el puesto…el hecho de no sentirte visible, de no hacer ruido porque te mantienes al margen en las conversaciones o eres más introvertida puede hacerte sentir que eres diferente, rara. Una conforme empieza a pasar el tiempo y madura se suele ir adaptando mejor al puesto de trabajo que desempeña pero puede ser que con el paso del tiempo te cambies de trabajo y tengas que volver a empezar .

¿Te sientes identificada con alguna de estas situaciones?

Si has llegado hasta aquí leyendo te diré una cosa en confianza: sé por lo que has pasado…

En mi primer trabajo (hace ya unos cuantos años, jeje) la jefa de una ONG que no diré el nombre me llego a insultar, pensando que yo no estaba presente cuando si que lo estaba. Ella era la típica jefa histriónica, extravertida, y yo la introvertida (pero trabajadora pienso yo). Nuestros caracteres eran muy diferentes y me faltó al respeto. Aun así seguí y agaché la cabeza. Aguanté el tipo y me mantuve serena. Pero la confusión y rabia las tenia por dentro.
Sin embargo anteriormente, llegue a llorar en privado por no hacer bien alguna tarea según me habían dicho. Mi grado de perfeccionismo y falta de habilidades sociales no me permitieron expresar lo que sentía.

Años más adelante en mi anterior trabajo antes de ser mi propia jefa, monté un proyecto con otras compañeras, un gabinete. De nuevo una persona histriónica hizo acto de presencia. Todas éramos compañeras, y digamos teníamos el mismo rango pero ella a veces tomaba decisiones, era la voz cantante. Eso me desquiciaba pero nadie sabia ponerle freno.

Además recibí criticas por su parte, incluso de tipo personal de todo tipo

Hicieron una reunión expresamente para decir que yo tenia una actitud negativa ante el trabajo (cuando acababa de ser madre, tenia otra niña pequeña, estaba estudiando un posgrado, tenía pendiente una tesis, el proyecto laboral en marcha y apenas tenia apoyo de nadie ni tiempo para mi!! y les costaba empatizar con mi situación personal !

El ambiente era muy competitivo en lugar de cooperar, no había empatía por parte de ellas… el proyecto se fue distanciando de mis pretensiones y como económicamente no salia a flote decidi dejarlo.

Sufrí mucho, había tenido unas altas expectativas…me sentí decepcionada, frustrada conmigo misma y con los demás.

Pero a pesar de ello emprendí un nuevo proyecto que actualmente continuo tras 6 años en solitario.

No me gusta dejarme llevar por prejuicios PERO

En alguna ocasión he oído de clientas que “las mujeres son malas”..que confían menos que con los hombres…yo no entendía porque…pero en ocasiones y echando la vista atrás

las mujeres podemos ser nuestras peores enemigas entre nosotras.

Por ello reivindico que haya más consideración entre nosotras, más empatía, más humanidad y más colaboración y trabajo en equipo.

Si, lo admito, hace tiempo que trabajo por mi cuenta siendo autónoma pero todo tiene sus ventajas e inconvenientes. Me encuentro más sola, pero soy mi propia jefa, tomo yo sola las decisiones como “Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como”.

La cuestión es que si el “guiso” no esta a mi gusto o no gusta al cliente, la responsabilidad recae toda en mi.

Yo soy la cocinera (quien está detrás de la atención al cliente, quien prepara las sesiones, envia emails…), camarera (quien da la cara, escucha y atiende las necesidades de las personas que acuden al negocio) y fregaplatos (atender a clientes insatisfechos, que también los hay, claro está, no soy perfecta para todos desde luego),

¿Y a ver que hago para solucionarlo si me quedo bloqueada ante algún caso, o como llevar mi emprendimiento hacia adelante? Si o si, he de buscar a algún otro compañero/a con el que pueda compartir los casos y que me de ideas nuevas.

Entonces de todos modos has de tener en cuenta ser asertiva y expresar lo que necesitas, buscar ayuda (que también es un derecho asertivo).

 

Si te sientes identificada con alguna situación de las que te indico y piensas puedo ayudarte concreta cita y hablamos

 

PD1…Todos los trabajos tienen “su aquel”. Nunca imaginé que hubiera paralelismos entre la psicología y la restauración, ¡jaja! hasta que se me ha ocurrido ahora esto.

PD 2 Agradezco todos estos aprendizajes porque me han ayudado a entender como funciona el mundo laboral y cuales eran mis limitaciones personales para poder ir desarrollándome personal y profesionalmente