Estado emocional en sanitarios y profesionales de la educación

El otro día me enteré de la terrible noticia de un pediatra que se había tirado por una ventana del hospital donde trabajaba tras volver de una baja laboral. ¿Hasta que punto todavía no hemos superado los profesionales del cuidado todo lo que llevamos arrastrando de la época del covid?

Durante la época del covid y tras la misma todos en mayor o menor medida hemos sentido muchas emociones (confusión, desconfianza, inseguridad, tristeza, desamparo, tensión, irritabilidad…).

Pero los profesionales dedicados a proteger la salud tanto mental como emocional del resto de la población han tenido que recibir un aluvión de pacientes enfermos de los que era difícil tratar con la calidad y el cuidado que correspondían.

La saturación de los profesionales de la salud era patente e incluso aparecían síndrome de burnout, alto estrés, autoexigencia…que junto con la gestión de cuestiones personales, familiares producían una sensación de impotencia, frustración, ansiedad y un largo etc.

Los clientes profesionales de la salud me relataban sus historias y muchos en el pasado han tenido que madurar antes debido a sus circunstancias personales. El hecho de tener una profesión de ayuda les hace sentirse importantes y asumen un rol al que están acostumbrados a asumir en su familia posiblemente. La valía depende de la actuación en su profesión.

 

En la época postcovid he atendido casos de clientes que se dedican a la enfermería, auxiliar de enfermería e incluso alguna estudiante de enfermería o de medicina que se sienten desbordados entre la formación, profesión y aspectos personales.

Por otro lado, y siendo psicóloga habilitada para funciones sanitarias, he tenido que experimentar también el tener que atender muchos casos de adolescentes y adultos con ansiedad y depresión. Y sé por otros compañeros de profesión, como hacen hincapié a través de las redes sociales de ofrecer talleres…en la importancia del autocuidado porque sino el síndrome del desgaste profesional haría su aparición.

Según psicología online: “Christina Maslach estudió la pérdida de responsabilidad profesional que sufrían algunos trabajadores de las profesiones de ayuda, como sanitarios o educadores. En 1986, Christina Maslach y Susan Jackson definieron el síndrome de burnout como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal, que puede ocurrir entre trabajadores que trabajan con personas”.

 

No he de olvidarme tampoco de los profesionales de la educación. También he atendido como no profesoras de infantil, de primaria y secundaria que se caracterizaban por su alta autoexigencia y responsabilidad y un desbordamiento con sus tareas laborales y dificultades para gestionar sus emociones y las relaciones familiares y de pareja entre otras cuestiones.

Autocuidado, gestión de pensamientos y emociones como ansiedad y tristeza y rebajar su nivel de autoexigencia, además de actividades de reflexión y de autoconocimiento son  el denominador común en todos los casos.

 

En resumidas cuentas.. Como siempre remarco, nosotros los  profesionales de la psicología ( y otros profesionales de la salud y de la educación) también somos personas y tenemos nuestros propios problemas personales aparte de la carga del trabajo. Y tenemos que asumir una responsabilidad muy grande para atender a otras personas que a su vez tienen dificultades de salud y de aprendizaje aparte de problemas familiares y etc..lo que puede resultar muy desgastante.

 

Pero por otro lado resulta satisfactorio cuando la evolución es positiva y te lo agradecen.

 

Mucho ánimo compañeros, clientes y otros profesionales sean de la educación o sanitarios.