EL RETO DE LA MATERNIDAD Y COMO AFRONTAR LAS RELACIONES DIFÍCILES MADRE E HIJA
He de decir que soy madre y sé lo difícil que es la crianza y educación de mis hijas de 8 y casi 13 años de edad…hay quien diría: ¡si ya son unas mujercitas, ya las tienes casi criadas! No es este el espacio para contar mi experiencia como madre, pero si te apetece puedes echarle un vistazo a los enlaces de antiguas publicaciones.
:https://www.psicologosaldaia.com/psicologa-madre-la-vida-consejos-desde-la-experiencia-privada/
Como hija la relación con mi madre tampoco fue perfecta (aparte de que la relación perfecta no existe). Había mucha dependencia emocional la una hacia la otra, pero al fin y al cabo solo nos teníamos la una a la otra. Cada uno tiene su propia historia.
Por tanto con este escrito no quiero decir que las madres han de ser perfectas ni mucho menos en su estilo de crianza porque desde luego cada uno parte de una historia con una educación y unos valores determinados por los padres. Pero desde luego si estás leyendo esto es porque tuviste una madre difícil o algunos de sus comportamientos lo fueron y te marcaron en tu vida permitiéndote no ser con libertad quien quieres ser. Y además si le añades que tienes hijos/as y temes repetir el mismo patrón, o con tus otras relaciones personales la continuidad de todo sigue más allá. Aparte a nivel profesional también puede existir una inseguridad por no poder abarcar como a ti te gustaría todas las tareas que te corresponden en tu vida profesional y en tu vida personal…y la exigencia va más allá…
Centrándome en el plano profesional últimamente acuden a consulta:
-Madre triste que piensa no haber actuado bien con su hija que ha abandonado su hogar para irse con su padre.
-X tiene problemas con su hija adolescente que se rebela contra el padre y ella ha de mediar entre ambos con el desgaste emocional que ello le supone.
-T teme repetir el patrón de educación poco flexible y exigente que tuvo siendo niña y adolescente con su hija pequeña y asoman recuerdos traumáticos de su pasado familiar.
-Varias hijas de alrededor de 30 años me llaman porque están afectadas por el bienestar emocional de sus madres que se encuentran solas. En estos casos, por contra la relación madre e hija puede resultar tan “simbiótica”que el bienestar emocional de las hijas depende del bienestar emocional de las madres…sufren por ellas y a pesar de ser mujeres independientes ven a sus madres solas y temen por su salud emocional.
-Y aquí no termina el listado: pareja que acude a consulta para hablar de su situación como padres primerizos y quieren saber cómo poder gestionar sus problemas pasados un tanto traumáticos y presentes siendo padres trabajadores.
-Una chica con discapacidad que quiere disfrutar de su libertad pero teme que sobre todo su madre y el resto de la familia no confíe en sus posibilidades para poder afrontar el reto de vivir sola o hacer actividades por su cuenta….
En muchos casos las clientas vienen hablando de situaciones pasadas y presentes con sus madres. Pueden ser adolescentes o adultas. Y me he dado cuenta echando la vista atrás de la cantidad de casos que han tenido o tienen dificultades en la relación con sus madres. Unas vienen pidiendo un cambio directamente en su relación y otras personas acuden a consulta por otros motivos pero ahondando en su historia siempre surge algún problema con la madre, la primera persona que te da la bienvenida al mundo, que te acoge y abraza (la figura paterna, que tampoco hay que despreciarla), te alimenta y cuida en los buenos momentos cuando estas feliz o en los malos momentos, cuando hay pataletas, no te encuentras bien y no sabes como expresarlo.
Madres violentas pasivas (victimistas, sobreprotectoras, depresivas) o activas (que abusan, critican, pegan…) influye en la seguridad, autoestima y confianza de los hijos.
Al fin y al cabo como dice el dicho “madre no hay más que una”. Es quien supuestamente ha de darte protección, educación, alimentación, seguridad en el entorno materno para así poder relacionarte con más seguridad con el exterior. Es lo que decía Bowlby en la situación extraña y la existencia de diferentes tipos de apegos (seguro e inseguro). Si el niño sabe que puede contar con la madre entonces tendrá más seguridad de relacionarse con el entorno (apego seguro). Sin embargo, si el niño no recibe lo que necesita (amor incondicional por parte de su madre o aquella persona que ocupa su lugar), llorara, pataleara, no se separara de la madre…etc en función del tipo de apego inseguro que se trate. El tipo de apego o vínculo que se ha tenido con la madre se mantendrá en la vida adulta con las relaciones de pareja, de amistad y etc que vaya teniendo. Si quieres saber más puedes leer una entrada a mi blog que escribi hace años en el siguiente enlace: https://www.psicologosaldaia.com/evolucion-del-apego-tipos-apego-ninos/
No hace mucho asistí a unos talleres online de una coach especializada en el tema llamada Yvonne Laborda que es especialista en mejorar o sanar la relación con la madre. Allí expone como la relación de la madre afecta en la autoestima, en la relación de pareja e hijos y en nuestra vida profesional.
Y es que existen muchos mitos en relación a la figura materna y que dice Ybonne Laborda:
1.”Hasta que perdone a mi madre no estaré en paz conmigo misma”
2.”Algún dia mamá me amara y aceptara como yo necesito”
3.”No puedo responsabilizar ni culpar a mamá de su actitud y sus elecciones”.
4.”No podemos hablar mal de nuestra madre ni podemos contar nuestra verdad”.
5.”Mi infancia tampoco fue tan mala, no me trataron tan mal. Tampoco “he salido tan mal”.
6.”Todas las madres quieren y aman a sus hijas”.
7. “No hay madres tóxicas. Todas hacen lo mejor que pueden”.
Estos mitos hacen perpetuar la dependencia emocional hacia la madre incluso más allá de la edad adulta haciendo depender nuestras elecciones personales, laborales…en función de lo que piense la madre.
Este año me compre un libro: “¿Por qué no me quieres mamá? El narcisismo materno y sus víctimas”. En este libro, la psicóloga M. R. Fernández Amela ofrece la descripción de madres tóxicas y narcisistas, de las víctimas de las madres narcisistas que son cenicientas de un mundo real, y ofrece pautas para saber como liberarse y curarse del desamor de la madre. Crea una terapia para las victimas de madres narcisistas llamada Terapia de princesas, curioso nombre para una propuesta de intervención terapéutica. Un libro útil e interesante para conocer más sobre este tema tan poco hablado pero tan necesario sacarlo a la luz para poder afrontar esta problemática tan frecuente.
Curiosamente también he leído una novela llamada “La hija única” de Guadalupe Nettel, donde se narran pasajes que hablan de las dificultades en la relación madre-hija.
Tomar conciencia, tomar decisiones, comprometernos con lo decidido y tomar acción..parecen pasos lógicos pero en ocasiones complicados por el dolor que supone. La toma de conciencia es primordial, y es un paso que no todos están dispuestos a tomar porque el hecho de decir “mi madre no me quiso” o “no se comporto como tendria que haber hecho una madre” resulta doloroso. Me remito a Laborda de nuevo.
Dedicado a todas aquellas mujeres que por sus circunstancias vitales han pasado o están pasando un mal momento en sus vidas por la relación difícil con su madre