Sentimiento de soledad en el el siglo XXI. Reflexiones tras la pandemia.

Tras las vacaciones estivales, ya olvidadas prácticamente, me surgieron muchas ideas alrededor del concepto de soledad. Cogí un boli y llene una hoja entera (si, antes todo esto lo escribí a mano, lo prefiero antes que escribir directamente en ordenador cuando las ideas fluyen y no hay que escapar la oportunidad!).

Personal y profesionalmente comienzo una etapa intensa con nuevos proyectos a la vista que ya iré comunicando y voy informando por redes sociales y que me supone mucha carga física y mental.

Por eso este verano intenté relajarme lo más posible y leer, meditar, ir a la piscina …y ver videos sobre un Congreso del trauma que me han parecido muy interesantes.

Necesitaba en el periodo de vacaciones, estar conmigo misma también, estar sola y recapacitar sobre cuestiones pasadas, para conocerme y superar limitaciones, creencias arraigadas sobre mi misma y el mundo. ¡Es lo que tiene ser tan reflexiva, sensible, introvertida, autoexigente y dedicarme a la psicología!.

Volviendo a la idea: los seres humanos somos seres sociales que nos gusta en general de la compañía de los demás. De niños crecemos y necesitamos de los adultos para poder sobrevivir, aprender y sentirnos seguros.

Este último punto es muy importante a nivel emocional, el sentirnos seguros, pero no se cumple en muchas ocasiones por la propia inseguridad e inestabilidad emocional de los padres y de falta de herramientas para gestionar las situaciones de la vida de los adultos que se supone han de proporcionarnos seguridad y un clima estable.

Un tema del que se habla mucho es del concepto de heridas emocionales y del niño interior herido. No sé tú pero en mi caso a partir de la pandemia me ha llevado a encontrarme en un proceso de introspección y auto descubrimiento importante en base a la búsqueda de explicación de porque me comporto en determinadas situaciones sociales de una forma automática y reactiva como una niña herida y tener sentimientos de vacío y soledad.

Una posible respuesta está en las situaciones traumáticas ocurridas siendo niña https://www.psicologosaldaia.com/mi-proceso-de-reconstruccion-y-como-afrontar-las-dificultades/ y en las que me encontré sola a pesar de estar con algun adulto, donde mis emociones no fueron validadas y mis padres no supieron gestionar la situación que nos tocó vivir. Sobreviví como pude negando y bloqueando emociones muy intensas para mi, siendo una niña de unos 8 años hasta la juventud e incluso principios de vida adulta.

Según las diferentes ponencias del I Congreso del Trauma muchos terapeutas y psicólogos especialistas en trauma, consideran que el trauma se vivió como tal por la vivencia de soledad, no por la situación en si misma (aunque ya de por si tuviera una carga emocional importante). Por ello, la resolución y supervisión del mismo pasa por encontrar una relación segura en la figura del terapeuta para poder sanar en el presente aquello que resultó disfuncional en el pasado.

Vivimos en una paradoja en la sociedad actual; estamos rodeados de gente, en pisos encerrados pero nos sentimos más solos que nunca. Además nuestro cuerpo está en un lugar y la mente en otro, wasapeando o viendo redes sociales y comunicándonos con gente que puede estar a kilómetros de distancia. Me da la sensación de que vivimos desconectados con la gente más cercana.

Esta publicación daría pie a muchas explicaciones. Es un tema muy profundo en el que podríamos hablar de como desmontar las creencias más profundas que podemos llegar a tener a causa de situaciones pasadas que no han sido superadas.

Ejemplos de creencias serian: “No soy suficiente”, “necesito la aprobación de los demás”…que pueden tener su origen en el pasado.

He de aclarar que la terapia que utilizo principalmente es la cognitivo conductual en la que se enfoca en el cambio de los pensamientos y las conductas pero hago mucho énfasis también en las emociones.

Considero que cada vez es más importante conocer sobre las respuestas automáticas del cerebro inconsciente donde se encuentran los recuerdos que no hemos podido procesar. Y la importancia del cuerpo y como se refleja en él lo que no ha sido procesado.

Este verano también descubrí un libro llamado “Sanar la herida materna” de Bethany Webster donde habla del trauma del desarrollo, de como diferentes vivencias difíciles en la relación madre- hija que va teniendo siendo niña y adolescente influyen en su edad adulta en las diferentes facetas de su vida. Y de como sanar esta relación.

Me sentí muy identificada con el relato que cuenta la autora en la relación de apego con su madre. Con ello no quiero decir que “culpemos” a nuestra madre porque ella ya cargó con su propia mochila de dificultades. Solo falta que le carguemos de más culpa. En esos tiempos no había tanta facilidad para ser consciente de las emociones, y la importancia de sanar psicológicamente.

En consulta muchas clientas confiesan haber tenido una infancia difícil porque su madre tenia depresión o alguna otra dificultad emocional y criarse en un ambiente triste.

Afortunadamente cada vez hay más medios para poder afrontar estos traumas. Existen investigaciones de neurociencia para conocer como funciona el cerebro, terapias verbales pero también corporales como yoga, mindfulness, la meditación…entre otras.

Existe una sociedad cada vez más consciente de las dificultades por las que pasaron nuestros antepasados, de muchas cargas y emociones no digeridas, no expresadas adecuadamente y no sentidas y negadas.

En definitiva responder de forma automática ante situaciones del presente y que te vengan recuerdos pasados olvidados y fragmentados, así como sentir una sensación de vacío y soledad pueden ser señales de alarma. Responder de forma automática como una niña o adolescente furiosa, triste…etc puede llevar a pensar que es necesario gestionar las emociones, pensamientos, creencias según el caso.

 

Para seguir indagando sobre el tema me he apuntado

https://cursoppro.com/2022-2a-cumbre-trauma-resilencia-y-plenitud-cristina-melo-funciona-vale-la-pena/

 

Bibliografía recomendada:

-“Sanar la herida materna” (2021) Bethany Webster. Editorial Sirio.

Los siguientes libros no me los he leído pero pienso comprarlos en breve y tienen buenas reseñas!:

-“El cuerpo lleva la cuenta: cerebro, mente y cuerpo en la superación del trauma” (2020) Bessel van der Kolk. Editorial Eleftheria SL

-“Este dolor no es mio. Identifica y resuelve los traumas familiares heredados” (2017) Mark Wolynn

 

Espero haya sido de tu interés todo este tema. Al final me ha quedado excesivamente largo pero creo que es de alto valor todo el contenido que aqui muestro.

Si quieres contactar conmigo házmelo saber.

 

Un abrazo

Estela