EL SECUESTRO EMOCIONAL DEL ENFADO

A lo largo de mis años de experiencia en la psicología clínica he ido atendiendo casos de clientes cuyo motivo de consulta era el enfado, explosiones de enfado o “salidas de tono”poco empáticas así como las subidas de volumen en el tono de voz, las respuestas poco reflexivas e impulsivas que pueden herir a personas más sensibles o desatar un conflicto mayor…

Actualmente en la época que estamos viviendo de coronavirus me he dado cuenta de la cantidad de casos cuyo motivo de consulta es este. En general son hombres de mediana edad que se dan cuenta de su hábito en las respuestas y quieren subsanarlo. Pero también de adolescentes cuyos padres están angustiados porque sus hijos responden de un modo agresivo.

Y es que no es para menos: La irritación es una emoción que secuestra la mente, te hace decir palabras, hacer cosas de las que luego te arrepientes o te hacen sentir culpable.

Según Barrutia (2012) concepto del secuestro emocional se refiere a las situaciones en que la emoción se apodera de la razón, de manera que nos impide actuar de manera meditada y coherente. Nuestros sentidos quedan secuestrados a merced de nuestras emociones. De esta manera, gritaremos, lloraremos, pegaremos, insultaremos o haremos todo aquello que nuestra emoción requiere sin pensar en las consecuencias que tendrá.

Sin embargo, actuar de manera emocionalmente inteligente requiere que tanto la emoción como la razón aúnen fuerzas y se coordinen en la misma dirección. Si cualquiera de ellas cambia de rumbo o de intensidad nos veremos alejados de nuestro bienestar emocional (Barrutia, 2012).

Uno puede estar enfadado pero también hay diferentes grados de intensidad en la emoción: la ira, irritación, tensión o frustración son emociones relacionadas. A continuación las explico más detenidamente.

Según Núñez y Valcárcel (2014) la ira también conocida como rabia, cólera o furia, es velocisima, te domina y se va casi sin que te des cuenta. Por lo general puede adueñarse de ti en situaciones que consideras muy injustas o que atentan contra tu bienestar. En una sociedad civilizada la ira no es útil por eso es mejor sentir un poco de irritación.

La irritación aparece cuando a través de los sentidos percibimos algo que nos disgusta o desagrada. Es tan molesto que se instala dentro (un sonido, un olor…) y no podemos dejar de pensar en ellos. Algo molesto pasa a ser irritante cuando crees que no puedes soportarlo más.

Una irritación duradera nos puede llevar a sentir tensión. Algunos la llaman “estrés”. La tensión nace cuando nos enfrentamos a situaciones amenazantes o cuando hay intereses enfrentados. Se entra en un estado de nervios, impaciencia y se pierde la calma con facilidad.

Otra emoción relacionada es la frustración. Es el malestar y el enfado que se producen cuando no consigues lo que te proponías o esperabas.

Se trata el enfado de una emoción que puede encubrir otra que ofrece una imagen de mayor debilidad e inseguridad como es la tristeza. Tanto en hombres como en mujeres y en niños o adolescentes. La frustración, rabia…da una imagen de mayor fortaleza y se utiliza de forma inconsciente, como manera de gestionar la tristeza para poder sentirse más fuerte y no tan impotente. Aunque las consecuencias a corto plazo pueden ser positivas porque logras desembarazarte de forma momentánea de la frustración, a medio y largo plazo las consecuencias pueden ser devastadoras tanto en las relaciones sociales como en el propio autoconcepto y autoestima si es que hay una conciencia del problema.

En ocasiones no es la persona con enfados recurrentes la que acude a consulta sino la persona que sufre de sus enfados (hijos, pareja…). Algún caso donde existe una alta sensibilidad y ansiedad elevada por parte de una hija, las explosiones de ira contra objetos pueden ser interpretadas como una forma de agresión hacia ella y mantener la ansiedad e incluso el miedo hacia el progenitor.

La irritabilidad se convierte en un problema cuando es demasiado intensa, sucede con demasiada frecuencia, dura demasiado tiempo, echa a perder relaciones o empleos, y particularmente cuando conduce a violencia o agresión.

¿Qué haces, piensas y sientes en este secuestro emocional? 

La cuestión es que TÚ eres quien genera toda esa rabia e irritación.

La respuesta del enfado se divide en tres: Pensamientos, síntomas físicos y conducta

a) Cuando aparece el enfado y las emociones citadas anteriormente surgen a raíz de una serie de pensamientos o distorsiones cognitivas:

Exigencias, órdenes…Si eres exigente con los demás (“es un estúpido porque es obvio que esto lo tendría que haber hecho así” por ejemplo) o consideras que una situación es injusta (“es injusto que me trate asi, con todo lo que he hecho por ella/él”)

Catastrofismo o magnificación de lo negativo; por ejemplo esto es lo peor que me ha pasado.

Sobregeneralización: Atribuir etiquetas negativas perpetuas y globales a ciertas personas: Por ejemplo: Mi madre/padre/hermano/ fulanito será siempre así.

Personificaciones: Explicaciones egocéntricas del tipo: Marta no me ha saludado porque me ha ignorado cuando en verdad la explicación de porque no te ha saludo esté en que no te ha visto porque va enfrascado pensando en sus problemas por ejemplo.

Pensamiento de todo o nada: se codifican los acontecimientos en términos dicotómicos o extremos: una persona es perdedora o ganadora, algo esta correcto o equivocado, alguien o algo es bueno-malo o fuerte-débil sin términos medios.

b) A nivel físico aparecen taquicardia, tensión en mandíbula, brazos y cara tensa, rubor o cara pálida, respirar con dificultad, sudar, tartamudear…

c) A nivel de conducta pueden aparecer…Lloros, Gritos , golpes  y roturas de cosas ,insultos ,pegar, amenazar ,provocar ,echar en cara, agarrar y atacar al otro, empujones, acercamiento excesivo.

Cada uno tiene una respuesta personal y dependiendo de la situación la intensidad  será diferente.

 

¿Cómo gestionar/autocontrolar la ira?

De forma semejante a un ataque de ansiedad, la irritabilidad puede gestionarse con técnicas parecidas:

Escribir en qué situaciones suele haber más irritabilidad, que se piensa, se siente y cómo se actúa y después tener un plan para modificar la respuesta de irritabilidad a través de diferentes técnicas:

1. Gestión de pensamientos..los pensamientos negativos o muy catastrofistas no ayudan. Pensar de forma más realista, sin dejarse llevar por la emoción del momento y reflexionar con pensamientos más fríos.

2.Gestión de síntomas físicos nombrados anteriormente a través de técnicas como:
-Respiración
-Relajación
-Búsqueda de momentos agradables y/o relajantes para la persona

3. Gestión de comportamientos: Pedir disculpas, respirar y relajarse antes de actuar, abandonar la situación si es necesario si el autocontrol de la situación te desborda y no puedes conseguirlo en ese momento. Después de relajarte retomar la conversación con la otra persona implicada.

También es importante actuar sobre:
-Estilo de vida estresante: tener un trabajo que te ocupa gran parte del día por ejemplo y no poder dormir bien, tener cargas familiares…etc pueden ser factores facilitadores para tener unas conductas más irritables.
Aprender a relajarse, practicar alguna actividad física..puede ayudar a rebajar la tensión continua del día a día.
-Habilidades de comunicación: saber por ejemplo pensar antes de responder, empatizar con la otra persona, tener habilidades asertivas, más equilibradas: como decir no, expresar la opinión, afrontar criticas o hacer críticas de forma más adecuada.

Estas ideas que te presento pueden ayudarte pero gestionar tu caso personalmente con estrategias que puedan ayudarte a ti en particular te hará resolver más dudas y sentirte mejor contigo mismo.

Si quieres una cita puedo ayudarte…sin embargo hasta septiembre necesito un descanso…pero si quieres nos podemos ver en ese mes.

 

Bibliografía citada

-Barrutia, A(2012).  Inteligencia emocional en la familia. Herramientas para resolver conflictos en el ámbito familiar. Editorial Toro Mítico.

-Garcia Nogueras (2013) Guia de autoayuda. Aprenda a controlar la irritabilidad. Servicio Andaluz de Salud.

-Núñez y Valcárzer (2014) Emocionario. Di lo que sientes.  Palabras Aladas ediciones