TOMATE TU TIEMPO PARA PODER CUIDAR

 

TOMATE TU TIEMPO PARA PODER CUIDAR

Como profesional, persona empática y como madre de niña con necesidades especiales (ver antigua entrada sobre afrontando el diagnostico de un menor  en la familia https://www.psicologosaldaia.com/afrontando-diagnostico-menor-la-familia/ entiendo las dificultades por las que se pueden encontrar las personas cuidadoras de una persona dependiente.

Dedico este post  este mes por haberse celebrado el día de la mujer, figura importante en el cuidado de las personas dependientes. Aunque en estos últimos tiempos haya habido cambios a nivel social y los hombres se impliquen más, pero en líneas generales siguen existiendo desigualdades al respecto. Desde la asociación de amas de casa se me pidió que ofreciera una charla sobre cómo afrontar el cuidado de un familiar con Alzheimer y poniéndome manos a la obra y como profesional que se precie para poder renovar conocimientos hice mis búsquedas y he encontrado varias páginas que pueden ser de interés general. Aquí indicare algunas de las ideas más interesantes. ¿Habéis oído hablar del síndrome del cuidador? Aquí se enseñan ideas al respecto:

En la pagina www.miwebdesalud.com aparece información relativa a la salud en base a artículos científicos e información contrastada

Definición y síntomas

El síndrome del cuidador es un proceso producido por el estrés crónico y continuado, que supone enfrentarse todos los días a la misma rutina de cuidar a una persona con un cuadro de severa dependencia.

Esta rutina y esa monotonía, que generalmente te ocupa todo tu tiempo, acaba por agotar tus reservas físicas y mentales, y aparece un cuadro de agotamiento.

Según Paz Guilló Martínez (2004),existen varios factores que hace que se produzca: ser el cuidador principal, tener una relación íntima con el enfermo, sobre todo en el caso de tratarse del cónyuge, estar desinformado, tener una mala adaptación a los cambios, sentirse culpable y haber tenido una mala relación anterior con la persona que cuida predisponen a que se produzca dicha sobrecarga con los efectos subsiguientes sobre uno mismo y sobre los cuidados que dispensamos.

 

Causas

El envejecimiento poblacional, es un hecho totalmente admitido en las sociedades occidentales. A día de hoy, no sólo se llega a la tercera edad (más de 65 años) fácilmente, sino que además existe una cuarta edad.

Esa cuarta edad (su significado es diferente de la anterior) incluye personas con 80 o más años, con una salud un tanto frágil, que pueden necesitar ayuda para ciertas tareas.

Una idea importante: el síndrome del cuidador no siempre va asociado a cuidado continuo de personas ancianas con problemas de dependencia. Este síndrome puede ocurrir también cuando el familiar debe hacerse cargo del cuidado de un ser querido, no necesariamente anciano, pero sí con un alto grado de dependencia.

El conflicto que se crea entre tratar de satisfacer las necesidades del paciente, junto con las necesidades familiares o personales del cuidador, suele ser el detonante de este trastorno: Cada vez tienes que pasar más horas cuidando de ese familiar anciano, y tienes menos tiempo para tu propia familia y para ti mismo.

 

A quien afecta

A todos los cuidadores no les afecta por igual, pueden influir otros factores como el nivel de dependencia, el tiempo de supervivencia, el apoyo social percibido por parte del cuidador/a.

El perfil del cuidador tipo suele encajar en alguno de los siguientes apartados, aunque el más común es el primero de entre los siguientes:

  • Mujer de entre 50 y 60 años, madre de familia y ama de casa, que dedica muchas horas al día al cuidado del anciano con dependencia.
  • A veces es el cónyuge sano, de entre 70 y 80 años, con una salud frágil y escasa capacidad para adaptarse a los cambios que el avance de la enfermedad le irá requiriendo.
  • En otros casos, hijos o hijas de la persona afectada, deben compatibilizar su trabajo con los cuidados.

 

Según el testimonio de Sabrina Bequir responsable del blog https://buenosdiasalzheimer.com/ expresa la experiencia de haber sido cuidadora de su madre enferma de Alzheimer  y posteriormente de su hermano, también aquejado de la misma enfermedad. Dice que asistió a una reunión de cuidadoras de su localidad,  y todas se lamentaban de tener una vida limitada e infravalorada, lo solas que se encontraban en su tarea por el escaso apoyo familiar, la necesidad de contar con más tiempo y espacio para ellas, para autorrealizarse y la falta de valoración de su trabajo como cuidadoras desde el punto de vista familiar (muchos lo consideran como un deber natural como hija, madre, esposa, hermana…) y social (por las escasas ayudas sociales).

 

Prevención

Siguiendo a la anterior autora del blog, la clave para evitar que el síndrome del cuidador haga mella en ellos es la actitud que se tenga ante la enfermedad misma.”Se gana esta batalla a este síndrome aprendiendo a valorarnos, (ejercitar nuestra autoestima), a cuidarnos, a no despersonalizarnos , en mantener los propósitos personales vigentes y en no olvidarnos de darnos nuestro lugar y tiempo”.

 Según Paz Guilló Martínez (2004), las actitudes favorables para afrontar la enfermedad de Alzheimer:

Paciencia para tomar el tiempo necesario para interactuar con el paciente

Imaginación y lógica que ayudaran a superar los contratiempos que se nos vayan presentando

Empatía, poniéndonos en el lugar de la persona con demencia y pensar como nos gustaría ser tratados y como pensamos que se podría resolver un problema concreto

-Informarse, sobre el progreso de la enfermedad. Para combatir mejor el problema si lo divisamos desde la distancia  y establecer pautas de actuación. Estar prevenida y alerta y evitar episodios desagradables como por ejemplo el abandono del hogar por parte del paciente.

-Respeto dignificando a la persona por su situación concreta y por su condición de ser humano.

-Planificar, y organizar las actividades a lo largo del día es una manera de realizar un cuidado de mayor calidad, estableciendo incluso el tiempo de descanso del cuidador

-Cuidarse a sí mismo: muchos cuidadores se sienten culpables al atender sus propias necesidades. No se dan cuenta que cuidándose a si mismos están cuidando mejor a su familiar: los cuidadores con sus necesidades de descanso, ocio, apoyo emocional.etc…satisfechas podrán disponer de más energía. Si los cuidadores no cuidan de sí mismos tendrán más posibilidades de enfermar o al menos, de ver reducidas sus fuerzas físicas y mentales, ¿si esto ocurre quien cuidara de la persona enferma?

 Por otro lado, saber manejar situaciones de cuidado (comunicación con enfermo, cambios de humor, enojos, ansiedad, agitación, depresión del enfermo, conductas extrañas, confusión, apatía, conducta sexual desinhibida…) también  previene el malestar emocional en la persona que cuida: El bienestar del enfermo influye en el propio bienestar.

Los cuidadores aprenden una lección valiosa en cuanto a inteligencia emocional se refiere: dar lo mejor de ellos mismos en cuanto a solidaridad, afectos, sacrificio que pueden aplicar a su vida diaria.

En definitiva, saber planificarse, gestionar el cuidado de la mejor forma posible mejorara la calidad del cuidado.

Compartir experiencias del cuidado, relajarse a través de la relajación, mindfulness, técnicas de gestión del estrés, búsqueda de actividades agradables…y por supuesto si es necesaria la presencia de un profesional de la psicología te ofrezco mi asesoramiento.

Páginas y libros de interés:

https://buenosdiasalzheimer.com/

-https://www.miwebdesalud.com

https://lamenteesmaravillosa.com/cuidate-para-cuidar/

-“Comprender el Alzheimer. Cuidadores”. Paz Guilló Martínez. Generalitat Valenciana. Conselleria de Bienestar. 2004

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