DÍA AGRIDULCE

Este mes pensé escribir en este espacio donde aporto información sobre mi, mi trabajo y aspectos relacionados sobre la psicología sobre la comunicación y la importancia que tiene para el bienestar personal, social, familiar y laboral pero me siento más inspirada para aportar otro tipo de escrito, algo más personal y no tan técnico que me sirva de terapia para mi, para mi si, los psicólogos también tenemos nuestros días grises, nuestros “bajones emocionales”, también somos personas. Y es que hoy hace 13 años que falleció mi padre, de cáncer de esa enfermedad que de solo oírla produce temor, incertidumbre, miedo, ansiedad, tristeza… y un largo etcétera, pero también cierta ilusión y esperanza (recuerdo como mi padre decía que quizá con  un poco de suerte y como los médicos le habían dado un año de vida, como la investigación avanzaba tan deprisa que quizá podía recuperarse). Entonces el hombre aun podía caminar y hacer sus funciones vitales él solo, tenía cierta autonomía…pero cuando ya estaba en el hospital, aun su optimismo aparecía y decía: “cuando vaya a casa podríamos ir a los Viveros a dar un paseo aunque sea en silla de ruedas”…yo lo escuchaba estupefacta:¿no veía que no podía caminar y que estaba enfermo, que le quedaba poco tiempo y eso no podía ser? Pero las personas nos agarramos a lo que podemos, a la vida, a las ilusiones y esperanzas por un mundo mejor…Dicen que la ilusión es lo último que se pierde…

Hace 13 años que falto y lo echo de menos. Al fin y al cabo era mi padre, con quien también compartí buenos momentos pero con el que tristemente no pude desarrollar un vinculo muy fuerte porque se fue de casa dejándonos a mi madre y a mi solas cuando yo tenia 8 años. Al recordar esos momentos no puedo más que vivir tristeza, soledad, sensación de abandono y sufrimiento, incomprensión por la situación y un sinfín de emociones negativas…sin embargo, al saber que los médicos le habían dado una esperanza de vida de 1 año, y teniendo tiempo limitado, vi mi oportunidad con casi 30 años que yo tenia por entonces de aclarar ciertas cuestiones y hablar en persona. Fue una conversación que no la olvidare, más que por su contenido, por la forma, la intención de comprensión por ambas partes y que recomiendo que todo el mundo haga.

 De hecho una de las tareas terapéuticas que se sugiere realizar es escribir cartas a seres queridos agradeciendo todo lo que han hecho por nosotros o mostrando nuestra rabia (en este último caso no se recomienda dar la carta por las posibles consecuencias que pueda acarrear si la figura paterna o materna si están vivos).

Mi padre se dio cuenta tarde que quería estar más tiempo conmigo, que había malgastado el tiempo en otros asuntos (ocio…etc) que no había dedicado a su única hija. De aquí también extraigo otra conclusión y una tarea de base que resulta esencial para poder tener un sano desarrollo personal y que recomiendo a todos mis clientes: definir cuáles son nuestros valores personales (amor, dinero, salud, optimismo, planificación…) para que nos sirvan de guía ante la vida en nuestras diferentes facetas: familiar, social, personal, de salud…y cuanto antes mejor. Plantearse objetivos para llegar al yo ideal (un yo ideal realista y sensato) en base a nuestro yo real.

Esta mañana me dije: “Iré a clase de yoga”…, porque me apetece, necesito relajar mi cuerpo y mente, socializar y sentir que formo parte de un grupo y de la naturaleza. Y lo conseguí…meditar, vivir el presente, sentir el canto de los pájaros, notar el césped en los pies y las manos, mirar el cielo azul y las nubes…agradecer vivir y formar parte de este mundo, sentir que ahora estoy aquí y que mis recuerdos son pasados, ver lo positivo del fallecimiento de mi padre: lo pude conocer, vivir con él la experiencia de ser hija, llorar, reír con él. emocionarnos, comunicarnos, compartir…

En resumidas cuentas, hoy 24 de julio, hace 13 años que falto mi padre, del que tengo un recuerdo grato en definitiva a pesar de los sinsabores…y por otro lado tengo que celebrar también el cumpleaños de mi hija que cumple 6 años, una niña dulce, alegre, mimosa…con ganas de vivir…

…día agridulce…¿Casualidades de la vida?

“Me sequé con la manta de la serenidad aprovechando más de lo dulce y descartando lo agrio” http://briznadpaz-elsentimientohabla.blogspot.com/