Ansiedad en tiempos de pandemia

El coronavirus es un “caldo de cultivo” también para la pérdida de salud emocional y no solo la salud física. Me parece interesante que conozcas cómo se manifiesta la ansiedad, como la pandemia ha hecho cronificar o incluso aparecer ciertos problemas de ansiedad y las estrategias que usamos en la sesiones de psicoterapia. Sé sincero/a contigo mismo/a y consciente de que si la ansiedad te perjudica existen medidas para poder hacerle frente. Y el primer paso es saber si estás sufriendo este problema.

Te presento un video donde explico como pueden aparecer los trastornos de ansiedad:

¿Cómo se manifiesta la ansiedad?

A través de preocupaciones tales como pérdida de la salud propia y la de los seres queridos, miedo a la muerte, inseguridad y miedo ante situaciones, personas, y animales que producen ansiedad… y evitaciones de aquello que produce miedo e inseguridad que es lo que hace que se mantenga el problema.

A todos nos ha pillado por sorpresa, es cierto, esto de la pandemia, los cambios a todos los niveles, sanitario, social, económico. Ya el hecho de llevar mascarilla siempre y tener que guardar las distancias sociales es mucho pedir para la sociedad en la que vivimos donde las reuniones sociales, contactos…etc esta a la orden del día y eso ya produce ansiedad, frustración y un largo etcétera de emociones encontradas…Pero por no demorarme más…

¿Qué caracteriza la ansiedad?

Existen características de personalidad que he visto en la consulta y que se suelen asociar a ansiedad:

La búsqueda de perfeccionismo, Muchos de mis clientes se autodenominan perfeccionistas, quieren dar lo mejor de si. Incluso algunos comentan que prefieren no hacerlo antes que hacerlo “a medias” el proyecto que llevan entre manos.

Control, control y más control…controlar las situaciones, las personas, las propias reacciones para no llamar la atención y preocupar a los demás o ser considerados “bichos raros” lleva paradójicamente a que aparezca la ansiedad y a sentirse mal por ello porque la ansiedad no forma parte de los planes y del control.

Baja tolerancia a la incertidumbre (terror a no saber que hacer si tomo esta u otra decisión, por ejemplo un caso reciente de una clienta que no sabia si quitarse o no los ansiolíticos le producía tal nivel de ansiedad que evitaba tomar la decisión más acertada (quitárselos) a pesar de que todos le animábamos a hacerlo y sabia las pautas a seguir pero el hecho de no saber 100% lo que le iba a pasar en cuando a su salud, por los posibles efectos secundarios que le pudiera provocar o porque sentía que no tenia los suficientes recursos personales le traumatizaba y no le permitía decidirse y cambiar su situación.

Querer abarcar mucho (si, querer hacer más y más y ponerse muchos objetivos en poco tiempo)…como dije a un cliente: “la sabiduría de la tortuga”, ¡y se lo tomó como un lema personal!. Más vale paso a paso y con seguridad que rápido y acelerado queriendo abarcar todo y con ansiedad por no conseguirlo.

Anticipar ( y si pasa esto, ¿que pasará?, y si pasa aquello otro, ¿qué?…¿y si…? ¿Y si…? ) con lo que se une la posible predicción del futuro y la evaluación negativa de la situación porque la persona asume que no tiene las suficientes herramientas para hacer frente a esa posible situación futura.

Como comentaba más arriba, la pandemia ha podido aumentar los casos de ansiedad, y pueden aparecer y cronificarse. A continuación hablo de las posibles manifestaciones “o ramas de la ansiedad”:

-Fobia social o ansiedad social: sentirse evaluado y evitar situaciones sociales por miedo a la evaluación, a ser juzgados e incluso miedo a sentir ansiedad y hacer el ridículo.

Recuerdo el caso de un hombre hace años que temía ruborizarse en público y quería cambiar ese miedo para que su hijo lo percibiera como un padre valiente (cada uno tiene sus propias motivaciones para el cambio) o una chica ex clienta que incluso llegó a tener depresión por estar así porque el cambio respecto a su anterior estado antes de la ansiedad social era totalmente diferente, feliz, despreocupada y sociable.

Por otro lado, personas que son poco sociables, introvertidas…tienden en la actualidad a aislarse más. Además, si uno se encuentra bien en casa, fuera de peligro, e incluso las autoridades sanitarias y políticas lo recomiendan…¿qué necesidad hay de relacionarse?eso es lo que pueden pensar las personas que tienen este tipo de dificultades..Incluso oigo que los adolescentes tienden a aislarse más y los padres lo ven como algo “normal”, pero esto puede llegar a ser preocupante porque el aislamiento puede ser causado por una depresión o perder oportunidades de socializarse positivas para su desarrollo personal y social.

-Trastorno de pánico con y sin agorafobia. Consiste en grandes rasgos en experimentar síntomas de ansiedad como taquicardia, sudoración, despersonalización (sentirse raro), pinchazos en el pecho, inquietud…y un largo etcétera de síntomas físicos junto con una interpretación catastrófica de esos síntomas como “me voy a volver loco, me voy a morir”…

Suele ser uno de los problemas de ansiedad más frecuentes con los que me he encontrado a lo largo de mis años de experiencia en clínica y en la actualidad no es para menos. La falta de aire por el uso continuado de la mascarilla y la acumulación de tensión junto con dificultades en la expresión de emociones y otras variables relacionadas con la historia de cada uno pueden inducir este tipo de problemas. De forma aislada un ataque de ansiedad puede no suponer una dificultad mayor para la persona pero que si se repiten en el tiempo, aumentan de intensidad y le incapacitan para llevar una vida normalizada será necesario buscar ayuda de un profesional.

La condición de la persona se complica si además hay una evitación de las situaciones que cree la persona que le provoca la ansiedad como encontrarse solo en casa o por el contrario, estar en lugares públicos donde le resulta difícil escapar (entonces ya hablaríamos de agorafobia).

-Trastorno obsesivo compulsivo (TOC) como su propio nombre se trata de ideas obsesivas o imágenes que la persona trata de evitar a base de compulsiones (ideas, actos) para quitar esas obsesiones de su mente.

Existen muchos de tipos de TOC que he ido viendo a lo largo de mis años de experiencia, como el de limpieza, orden, comprobación, relacional, de impulsión (fobia de dañarse a si mismo o a los demás)…que puede ir asociado a ataques de ansiedad. Produce un gran sufrimiento a las personas porque estas obsesiones ocupan gran parte de su vida así como el modo que tienen de neutralizarlos.

Son personas muy meticulosas en su trabajo, perfeccionistas y con unos rasgos de personalidad muy definidos.

El TOC de limpieza puede resultar más común en estos tiempos dada la necesidad que tenemos en la sociedad en general de limpiarnos más las manos, la planta de los zapatos, las superficies donde posiblemente haya estado en contacto una persona que no sabemos si está infectada…para evitar infectarnos o infectar a los demás llega a ser un tanto obsesivo en todas las personas, pero dadas las circunstancias resulta adaptativo. La cuestión es hasta que punto puede llegar a ser obsesivo y ocupar gran parte de la vida de la persona. Entonces ya seria un problema.

  • Hipocondría o ansiedad por la enfermedad o la anteriormente denominada  El miedo por enfermar o la preocupación por la salud, suele ser también una consulta frecuente que en muchas ocasiones se asocia a ataques de ansiedad, ya que la persona teme por su salud, y es necesario que acuda al centro médico para asegurarse de que en su cuerpo todo funciona perfectamente. Algún cliente me ha comentado que no sabe si es hipocondríaco porque teme estar enfermo al tener ciertos síntomas como taquicardia, visión borrosa o entumecimiento de las manos, cuando posiblemente sean signos de un ataque de ansiedad.

En esta época de pandemia, es posible que las personas se piensen más el acudir al centro de salud porque pueden temerlo al ser un lugar “peligroso”, incluso el sistema sanitario público intenta evitar que los pacientes acudan presencialmente para que no haya aglomeraciones “innecesarias”. Por supuesto existe más temor al contagio y una simple tos al atragantarnos o ciertos síntomas como fiebre y algún dolor de garganta pueden encender la señal de alarma ante personas con predisposición a tener ansiedad por estar enfermos.

-Preocupación o Ansiedad generalizada: el miedo y la incertidumbre por lo que va a pasar en la situación en la que nos encontramos crea un clima de ansiedad y preocupación generalizada entre toda la población que es normal hasta cierto punto pero..¿esta preocupación te deja dormir?¿estás constantemente pensando en lo que va a ser de ti, de tus hijos (en el caso de que los tengas), de tus familiares, de tu pareja…y del mundo en general, de como vamos a salir hacia adelante de la crisis económica y del cierre de empresas, de la adaptación a la nueva situación…? Quizás la ansiedad es más difícil de detectar porque las preocupaciones son más difusas y generales y suelen ser bastante frecuentes en personas ansiosas y más en la situación actual por la que estamos viviendo. Pero también se pueden trabajar estas preocupaciones diferenciando entre aquellas que están en tu mano poder manejar y aquellas que no para evitar ansiedad innecesaria.

-Ansiedad inducida por enfermedades físicas..sin duda los grupos de riesgo son las personas mayores y además aquellas que sufren enfermedades crónicas como diabetes, hipo e hipertiroidismo por poner ejemplos. La ansiedad puede aparecer en estos casos como consecuencia de la misma enfermedad, la incertidumbre asociada, en tener que incorporar hábitos nuevos a su vida (como llevar cierta dieta, hacer ejercicio, ir de forma periódica al médico, tomar la medicación…). Si a eso se le añade el miedo al posible contagio, (justamente han solicitado cita online aquellas personas que tenían mayor riesgo al contagio al tener una enfermedad previa como asma por ejemplo), los niveles de ansiedad puede dispararse más todavía.

En estos casos también la ayuda de un profesional de la psicología puede mejorar sus niveles de ansiedad y mejorar su calidad de vida.

En niños y sobretodo adolescentes al menos en mi consulta he visto aumentado el número de casos. Los cambios propios de la edad a nivel personal, académico, social y familiar en algunos casos junto con la crisis mundial han producido un aumento también de la inestabilidad emocional entre los más jóvenes. Prevenir antes que curar y decidir antes de que sea demasiado tarde para buscar ayuda es una decisión valiente.

Existen soluciones todas de acuerdo a cada tipo de dificultad de las que he citado anteriormente y en función de cada persona pero para que te hagas una idea general, en las sesiones se puede trabajar lo siguiente.

¿Qué te puedes encontrar al venir a Psicosalud Emocional si tienes ansiedad?

-Toma de contacto,  donde te conoceré (y tu me conocerás por supuesto)y me explicarás qué es lo que te ocurre, qué te preocupa, a qué tienes miedo, que te produce ansiedad en definitiva. Todo en un clima de aceptación incondicional, respeto y confidencialidad. Te sentirás liberado/a al contar lo que te ocurre, aunque en ciertos momentos igual te encuentres un poco nervioso/a pero es normal dada la alta carga emocional que experimentas.

Sesiones psicoeducativas. Explicaré en cada caso qué es lo que te ocurre en base a lo que hemos hablado en la fase anterior de evaluación. Aquí normalizarás la situación al darte cuenta que existen datos, estudios y otras personas que sufren de lo mismo que tú.

-Intervención propiamente dicha (aunque ya ves que la intervención en realidad comienza desde el minuto 0) donde te ofreceré recursos, pautas concretas adaptadas a cada caso:

-Modificación de pensamientos, cambio de pensamientos negativos de alarma ante situaciones que pueden ser en principio neutras como estar con gente, estar solo…

-Cambio de actitud ante los pensamientos negativos, desadaptativos, rumiativos…que vienen a la mente. Actualmente muchos psicólogos utilizamos como recurso para las sesiones con los clientes la meditación, como manera de estar aquí y ahora, de bajar la atención a tu cuerpo, tu respiración y dejar a un lado los pensamientos que preocupan. Pero esto exige de un entrenamiento como todo nuevo aprendizaje.

También se encuentra como recurso la relajación muscular progresiva y la respiración diafragmática para calmar los síntomas físicos. O incluso en caso que no sea posible esta relajación te puede servir de ayuda realizar alguna actividad física, como andar, nadar, correr, ir en bicicleta o realizar ejercicio con la ayuda de alguna plataforma online (youtube..) para sentirte con una guía y una motivación externa si es necesario.

Exposición gradual a aquello que se evita, por ejemplo en casos de fobia social, obsesiones o imágenes intrusas recurrentes, o en casos de evitación de situaciones como estar solo por ejemplo. Afrontar el miedo poco a poco es una estrategia potente para darte cuenta que el peligro considerado real es imaginario.

Aceptación y compromiso por otros valores en la vida: es decir aceptar que la ansiedad está ahí, que es posible que a lo largo de tu vida pueda aparecer algún otro temor, y centrarte en aquello que te estás perdiendo por estar tan centrado en tu sufrimiento, que objetivos te planteas en tu vida y como lograrlos. Sería como un proceso de coaching.

Otros: potenciar el valor de uno mismo, lo que para todos es conocido la autoestima, conocer las fortalezas de la persona en base a su historia previa e intentar potenciarlas. La ansiedad puede debilitar el concepto y la valoración positiva de uno mismo. Si aparecen sentimientos negativos hacia uno mismo puede aparecer también depresión por lo que lo más adecuado es tratar cuanto antes la ansiedad y el autoconcepto negativo.

Habilidades sociales, aprender a decir no por ejemplo puede ser una habilidad sencilla de practicar cuando se conocen estrategias concretas como la técnica del sándwich. Se puede evitar mucha sobrecarga de trabajo en determinadas circunstancias y aparecer estrés y ansiedad como consecuencia. En otros casos como fobia social puede haber un déficit de habilidades sociales que también seria necesario enseñar.

Y los recursos no finalizan aquí…se pueden seleccionar y aplicar más en función del problema que tenga cada uno/a como he comentado más arriba.

¡Un abrazo, mucho ánimo  y nos vemos en la próxima publicación!